8 DE MARZO
Las mujeres somos sensibles
y fuertes a la vez, tenemos el privilegio de dar vida y cuidar la vida a través
de todas nuestras acciones. Somos multifacéticas, competitivas y aguerridas.
Día a día luchamos por afianzar el sitial que con sobrados méritos nos hemos
ganado, sin embargo, falta mucho camino para llegar a la meta de la igualdad,
por llegar al objetivo de vivir en equidad en los diversos ámbitos y funciones
que componen un grupo, población, nación.
A nivel mundial son muchos los colectivos pro-mujeres
que han contribuido para reducir la desigualdad, el irrespeto, la violencia
psicológica, política, física, sexual y así todas las formas de agresión hacia
nuestro género, dichas organizaciones no desmayan en erradicar la inequidad que
aún persiste, el avance es por demás significativo, no obstante, para alcanzar
el anhelado sueño de vivir en una sociedad donde prevalezca la homogeneidad y
justicia hacia las mujeres debemos empoderarnos y llenarnos de seguridad, de la
confianza necesaria para que nuestros pasos dejen huellas que perduren en el
tiempo y que sean la guía para que las nuevas generaciones se liberen de la
errada concepción patriarcal que muchas veces nos vuelve sumisas y
conformistas, debemos liberarnos de todas aquellas palabras o situaciones que
menoscaben nuestros ideales.
No es nuevo escuchar que el
respeto se lo gana, que debemos tratar a los demás como deseamos ser tratados
nosotros, por ello el punto de partida para ganar la batalla de la paridad es
el apoyo y unión de las mujeres con las mujeres, disolver esas células
machistas que bloquean el desarrollo de nuestro potencial porque no existe
ningún motivo para dejar de vivir nuestros sueños, no existen límites para
detenernos en el camino, ni nuestro género, edad, religión, raza, color de la
piel, orientación sexual, enclave territorial, etc; sólo existen conceptos mal
fecundados que apagan nuestras luces.
Cada 8 de marzo se tiene un
motivo más para evaluar el avance en el cumplimiento de nuestros derechos, más
fuerza para demandarlos y más causas para plantear propuestas que acorten el camino
y con ello llegar a un lugar donde tanto los hombres como las mujeres
convivamos en semejanza, complementándonos para así lograr un mundo armónico en
donde todos las personas gocen de las mismas oportunidades y beneficios, sumado
al respeto y garantía de nuestros derechos humanos.
Encarguémonos de liderar las transformaciones de
nuestra sociedad y de ser las abanderas de un cambio positivo en la educación
de la niñez y en la cultura de los pueblos también, porque como lo diría Amelia
Santa Cruz: “Si somos niñas empoderadas el día de hoy, seremos mujeres
triunfadoras el día de mañana”.
Feliz día, mujeres de todo el
mundo!
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