Podemos ser todo
En un mundo globalizado, en el que las posibilidades de
desempeñarnos en diversas actividades han aumentado de forma considerable,
resulta incoherente el hecho que aún existan mentalidades con las premisas de que si eres médico, no puedes
ser diseñador gráfico; si eres abogado, no puedes ser comunicador; si eres
deportista, no puedes ser ejecutivo; si eres psicóloga, no puedes ser modelo, y
así por el estilo. Hay que acabar con todo tipo de estereotipos de una vez por
todas.
Todo en la vida es cambiante, no es regla que sólo seamos
o nos dediquemos a una cosa cuando PODEMOS
SER TODO y por supuesto que podemos desempeñarnos con excelencia sin
descuidar nada, aunque, como reza el popular refrán “el que mucho abarca poco
aprieta”, atentos a eso. De cualquier forma ser multifacéticos es una destreza
que demanda empeño y también mucha responsabilidad, como resultado de ello
podremos disfrutar de los privilegios que regalan los buenos esfuerzos.
Es verdad que para que las cosas resulten hay que
dedicarles el tiempo necesario al igual que la debida concentración; siempre
será mejor hacer una sola cosa muy bien que tres mal, el éxito no se valida por
la cantidad sino por la calidad. No obstante, cuando se obtiene un equilibrio
respecto de las actividades y más cuando estas tienen una estrecha relación, si
es posible lograr una culminación favorable de todas ellas.
He conocido a algunas personas que tienen no sólo la
vocación sino el talento para hacer y dedicarse a un oficio diferente al de la
profesión que alcanzaron o del trabajo que realizan, y no se deciden a cambiar
el rumbo de sus vidas por el que dirán, por la comodidad, por el temor a
enfrentar obstáculos, por el no importa ya se me paso el tiempo, por los miedos
a comenzar de cero, y eso los sumerge en frustraciones muy grandes. Además que
al dejarse vencer por esos conceptos mal concebidos se van generando vacíos,
una actitud conformista y poco alegre hacia la vida.
Podemos ser todo, podemos vivir todo, podemos hacer todo,
esa es la idea, pero aquello no sucederá de la nada, las intenciones deben
convertirse en bellas acciones para finalmente obtener una plena realización de
lo propuesto. Debemos convencernos día a día de ello.
El tiempo alcanza y sobra cuando nos organizamos bien, cuando
desarrollamos habilidades, y sobre todo cuando llegamos a establecer de un modo
preciso las prioridades, prioridades que serán la base para que cada cosa se
concrete y genere grandes satisfacciones, además serán impulsos para
plantearnos más y mejores retos.
A quien te pretenda convencer de que lo normal y correcto
es acostumbrarte a lo que no te complace al cien por ciento, no lo escuches; a
quien te pretenda inyectar de pesimismo, trata de transmitirle pasión por vivir;
a quien te diga que no puedes, rétalo y demuéstrale que si; a quien te diga una
y mil veces que el confort equivale a resignación y a una total inacción,
repítele un millón de veces que podemos ser y hacer todo, reinventándonos y dándonos
lo mejor que equivale a fortalecernos perfeccionando nuestro potencial y cuidándonos aprendiendo a reconocer lo que nos hace bien.
Estefanía Villacís G.
El miedo es tú peor enemigo
ResponderEliminarSe vence con fuerza y determinación.
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