Detenerse no es estancarse
Mantener un alto nivel de energía
para desarrollar nuestras actividades sería el ideal pero no es real, no
siempre podemos mantenernos con toda la agilidad posible, no es malo resistirse
de vez en cuando, si estas desganado disfruta del ocio, eso sí, no te
acostumbres. Estos estados también son provechosos pero una vez al mes o rara
vez.
Muchas de las ideas
brillantes de tantas personas que han alcanzado cosas realmente extraordinarias,
seguro también florecieron de esos días de pasividad, y sí, también hay días
donde la mente se pone blanco, se rebela y es como si nos diera la orden
enérgica de, NO QUIERO PENSAR, NO QUIERO TRABAJAR, DEJAME DORMIR, literal, nuestras
neuronas también necesitan de vacaciones para reactivarse con mayor potencia.
Me pasa pocas veces, y
cuando sucede me digo: Hoy te hace falta
inspiración, y es que sí, aunque escuches tu canción favorita a todo
volumen, o comas algo rico, no te sientes ni llena de energía, pero tampoco
cansada, simplemente te encuentras en un estado neutro y lo único que te
provoca es un majase relajante y un té calmante.
Esos días así no deben ser
considerados perdidos, aburridos, ni nada parecido, solamente debemos
asimilarlos como días diferentes y no menos importantes ya que resultan como
unas pausas necesarias para mantener a raya la ansiedad. Corriendo no siempre
se llega bien, a veces ni corriendo llegas a dónde quieres, ya que podemos caernos
estrepitosamente si vamos a toda prisa y sin medidas de precaución; el descanso
no se puede dejar de lado.
Lo fundamental para no
desenfocarnos es escuchar a nuestro cuerpo, estar atentos a las señales que nos
da, si lo sobrecargamos creyendo que es una máquina inagotable lo podemos
malograr. Dormir es una gran medicina y si dormir no es lo que te provoca,
cierra tus ojos evitando que se reproduzcan imágenes caóticas.
Aislarse es un término que
puede sonar radical, en efecto no es algo aconsejable para instaurarlo en
nosotros, en cambio el aislarse por horas en esos días que nuestro ánimo está
ausente, es una excelente opción para soltar las cargas, como un efecto de reseteo
en nuestro cerebro porque hasta las buenas emociones al irse acumulando nos
pueden abrumar al punto de hacer que nos despotriquemos como los caballos.
Acepta los días tranquilos
y donde sólo te place estar en quietud, puesto que te estabilizan, liberan
espacio en ti para que puedas absorber lo que está faltándote y de la misma
forma te adaptan para que puedas conectar lo que se ha desconectado e incluir
lo nuevo.
Detenerse unas horas, un
día o quizás un par, no tiene por qué significar retroceso, lo sería si no nos
auto concedemos el tiempo para despejarnos, para sencillamente saber apagarnos
cuando sea el instante conveniente y con la misma inteligencia saber
encendernos de un modo más resplandeciente y continuar enfocados en nuestro
proyecto de vida.
Las presiones nos moldean,
pero presionarnos a estar siempre con el mismo dinamismo nos bloquea.
Estefanía Villacís G.
🤗🤗
ResponderEliminarExcelente...!
ResponderEliminar