MÁS FUERTE QUE NUNCA
Recuerdan mi último post, era
diferente, algo tétrico, al punto que alguien me dijo: “Cómo vas a publicar eso, qué pensará la gente”; mi respuesta fue
clara, “También tengo momentos difíciles
y esto me ayuda a sanar y liberar, pues que la gente sepa que no todo está bien
siempre”.
No voy a mentirles, luego de eso
me detuve un segundo a pensar si había sido prudente hacerlo, pero acto seguido
reafirmé que, si debía hacerlo ya que me iba a fortalecer como ser humano,
además con ello pude reconfirmar que no me importa el ¡Qué dirá la gente! y que aceptarme frágil es muy saludable para ir
evolucionando.
Y bueno, de ese escrito al día de
hoy los vaivenes fueron constantes, la energía estuvo desgastada muchos días y
las trampas mentales activadas, pero lo que nunca desapareció fue la conciencia
de la gratitud por lo maravilloso que Dios me ha regalado en mis cortos veinticinco años, y la certeza de que el calor del fuego que me estaba fatigando iba
a sacar cosas positivas que aún no conocía.
En la parte final de ese escrito
dije: “Me volveré a encontrar pronto y estaré más esplendorosa”, y
así fue, porque me determiné para ello, porque solté lo que me hacia daño,
porque me nutrí de las experiencias de vida de algunas personas, porque un día me
vi deslucida y el espejo me hizo reaccionar, primero me mostró la sombra que me
estaba opacando para luego reflejar mi valía; además de todo eso comencé a leer cada una de las publicaciones que les había compartido, ese fue el empujón final, el grito de ¿Donde está esa mujer?
Les comparto que escuchar mantras
para calmar la ansiedad y el estrés fueron clave, y por supuesto nutrirme de la
filosofía de Hoponopono para liberarme de rencores y resentimientos, de todo lo
negativo que permití topara mi vida.
El huracán no se fue, yo pude
escapar de él, no dejé que me lastimara, simplemente me despeinó y me hizo dar
un giro brusco, rompió algunas cosas de los alrededores, mi alma no tuvo ningún
rasguño, se hizo fuerte, más fuerte que nunca.
Aun así, el bienestar es un
proceso constante, que demanda disciplina, cada día es diferente y cada día
permite aprender más, basta tomar acción.
Hay que vivir libremente, hay que
sonreír y ser feliz por sobre todas las cosas. Los momentos “difíciles”
surgirán, pero una buena actitud los va a anular.
Voy a finalizar con lo siguiente,
en todo momento y en todo lugar, bajo toda circunstancia, si caminas con una
espina en tu pie que te lastima e incómoda pero que no la quieres sacar por evitar
un dolor, estarás en un grave error. Es mejor sacarla, aunque te duela y
derrames sangre, eso pasa y cicatriza, luego caminarás más feliz.
Hoy estoy más fuerte que nunca
porque me amo y valoro mucho más; estoy más fuerte porque mis decisiones son consecuentes con lo que llena mi corazón, porque alejo de mi vida todo lo que resta, porque
mi vida es prioridad.
Vive intensamente feliz, a pesar de todo.
Con afecto,
Estefanía Villacís G.
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