Los años que vamos viviendo...



¿Qué tan bueno es mirar atrás? Lo que ha pasado así como lo que hemos pasado sólo puede dejarnos enseñanzas, como decimos y tratamos de aplicar muchas personas, no es lo que pasa o lo que “nos pasa”, sino lo que nosotros decidamos que nos afecte o empodere, y de otra forma como nosotros hacemos que todo eso aporte y construya antes de permitir que genere malas sensaciones, estancamientos y desánimos.

Hace algún tiempo comencé a difundir por mis redes la siguiente frase “Vivir feliz es muy fácil”, recuerdo que casi siempre que la posteaba al menos una persona decía que NO, son criterios, cada quien tiene su historia e indistintamente de si su análisis es pesimista u optimista algo que me quedaba dando vueltas en la cabeza era que nos resulta más sencillo y hasta aliciente convencernos que las fatalidades necesariamente deben ser parte de nosotros, de la vida en sí.

Como decía Buda: “El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional", pero me atrevo a pensar que la mayoría de personas ven al sufrimiento como algo permanente porque la “vida es dura”; me gustan las personas que se han dado el tiempo para desarrollar sus propias técnicas para equilibrar sus emociones, esas que les permitan estar la mayor parte del tiempo con plenitud, pero me gusta más que las compartan. Y a esto añado mi experiencia de los últimos meses en una academia de coaching (ICMA WORLD), en la ciudad de Quito, donde ha resultado muy gratificante aprender, mejorar en muchos aspectos, contagiarme de energía positiva al ver la evolución de muchas personas, así como descubrir, redescubrir y potenciar los talentos que Dios nos ha regalado, tomando acción para trabajar en cumplir nuestros propósitos de vida, alejando los miedos, rompiendo con los anclajes negativos, estudiando herramientas poderosas para ser y hacer lo mejor que podamos. Por último, diré que, leer es una base para reeducarnos, pero la vinculación y el compartir experiencias con otras personas es lo que realmente nos da sabiduría.

El 2018 más que cualquier otro año ha significado para mí un año lleno de vida, diría triple A, de AGRADECIMIENTO, APRENDIZAJES Y AYUDA/AUTO AYUDA. Decidí unos minutos mirar atrás para rescatar lo dicho, lo negativo fue transformado, de ahí que sólo puedo sentir ánimos para conquistar todo lo que me haga feliz, no hay más, y esa felicidad no es algo que se viva cuando por ejemplo nos graduamos, cambiamos de trabajo, viajamos, y así por el estilo, la felicidad es de todos los días.

Nos podemos distraer de muchas cosas, pero jamás de ser feliz, por eso el lema de mis plataformas digitales para este nuevo año será “Vivir para ser libres y felices”.

Decisión con acción.

Determinación con alegría.

Disciplina con valentía.

La vida es linda, vivirla con el mayor entusiasmo y libertad es la llave para todo lo maravilloso.

Estefanía Villacís G.

Gracias 2018...


GANAS


Queremos ser y queremos tener pero el problema es que no queremos hacer, por eso nos frustramos y nos acostumbramos a pensar que las cosas son difíciles cuando no es así. Primero la decisión y segundo la acción, son estos esos dos aspectos los que llegan a materializar cualquier aspiración, absolutamente todo lo que nos dicta el corazón.

¿De qué tienes ganas? ¿Cuál es tu nivel de compromiso para que el anhelo que tienes se realice y no quede en un simple deseo? Te pregunto lo que en mis horas de flaqueza me suelo cuestionar y en tono fuerte, vale decirlo, porque es verdad, a veces las situaciones que no dependen de nosotros nos pueden boicotear un poquito o mucho, nunca se sabe, pero se las puede manejar; podemos evitar caer en letargos y estados de penas absurdos. 

Todos tenemos ganas, pero ¿Cuánto nos duran esas ganas?, ahí radica el éxito de las conquistas, en saber alimentar nuestro optimismo y limpiarnos de todos los pensamientos que estén cargados de dudas, de esos miedos asesinos que nos envuelven en un círculo turbio de malestares y de holgazanería.

Sentirnos con todas las ganas del mundo, poderosos, con todas las ansías de victoria, la mayor parte del tiempo, implica que trabajemos nuestra mente, por ejemplo aunque nos plazca dormir un día entero, deben ganar las ganas de hacer lo que se requiera en ese momento, de pronto suena confuso, a lo que me refiero es a que si llegaren a disminuir las fuerzas físicas, las espirituales nos deberían sostener, para que no perdamos la orientación. 

Soy consciente de que el trabajo que realizamos para nuestro equilibrio personal no se logra de la noche a la mañana, aun así puede ser sencillo y divertido, y también sé que las personas pesimistas dirán que la teoría se lee encantadora pero que la práctica podría ser inalcanzable, debemos hacer caso omiso de esas creencias limitantes.

Somos iguales en cuanto a nuestra condición de humanos y muy diferentes en razón de nuestro sexo, género, edad, profesión, ocupación y demás, por lo mismo es lógico que los procesos y vivencias de cada quien sean diferentes, pero sería ideal que todos mantengamos la misma concepción de que el amor propio está para fortalecemos, la solidaridad para cultivarla, el entusiasmo para contagiar, la libertad para volar, la fuerza para luchar, las ganas para lograr.

Lo lindo se gana con ganas, así de sencillo, además estoy segura que las grandes cosas que muchas personas han construido no han sido una mera casualidad, sino el resultado de un trabajo constante. Por otro lado, conviene mencionar algo que es irónico, ya que muchas personas están extremadamente carentes de ánimo para las acciones provechosas, pero extremadamente motivadas para ser propiciadores de actos ruines y deshumanizados. Que no nos gane el mal. 

Hay que ser firmes para rehuir de las personas conflictivas, resignadas, pesimistas, esas que actúan sin la más mínima pasión, y claro de los ambientes tóxicos que nos pueden estancar. 

Que se potencien las ganas de hacer y vivir todo lo que nos haga felices. 

Estefanía Villacís G.

La función de los recuerdos


Recordar es un ejercicio reconfortante sólo cuando dejas volver a tu mente lo lindo que has vivido, cuando la alegría que has provocado y que obviamente has sentido te hace reaccionar de cualquier vacilación, cuando te vuelves a emocionar por quizás algo simple pero que a la vez fue muy especial, cuando encuentras en tus memorias las soluciones para abrirte paso a los hechos presentes. Recordar todos los logros que conquistaste para que esa sensación de victoria vuelva a ti y continúes generando más resultados exitosos y de grandes beneficios. No hay más,  los recuerdos se han hecho para sonreír, no para afligirnos, están para animarnos cuando de repente el desaliento intente dejarnos dormidos a medio camino.

Pueden existir toda clase de recuerdos, pero sólo deben resurgir aquellos que nos dotan de paz, los que simbolizan felicidad y mayormente los que nos regalan demasiados motivos para vivir con intensidad, y de la forma más estable; esos recuerdos que nos llenan de convencimiento, que refuerzan la perseverancia necesaria para dar pasos seguros, para no desgastarnos desviando nuestra mirada ni a los costados, y peor hacia atrás.

Se trata de aprender con mucha precisión a ser selectivos, a nivel mental, de dominar el arte de desechar lo malo y feo, ya que si esas cosas vuelven a aparecer en nuestros recuerdos, con seguridad generarán malestar y de pronto pueden conducirnos a un estado de sentirnos atormentados o idiotizados, y nadie quiere eso.

La música es y será la principal fuente de los recuerdos, la que nos transporta de inmediato a esos instantes que fueron determinantes, los que de cierta forma dejan marcas y propician diversos sentimientos, por eso mismo, estos detalles no pueden ser descuidados, ni minimizados; si una canción en particular revive algún suceso y/o pensamiento negativo, cámbiala, vétala, nunca es conveniente el masoquismo, así que, escucha sólo lo que te eleve la adrenalina y favorezca a mantenerte en una condición donde reine el entusiasmo. 

Las fotografías son otro punto importante, y pregunto, ¿Tomarías fotografías en las ocasiones lamentables, desagradables y vergonzosas? ¿Guardarías las fotos de esos momentos? Verdad que no, se toman esas fotografías para investigaciones si trabajas en algo relacionado al tema, pero para hacer con ellas un álbum que repose en la sala de tu casa NO, al menos yo no lo haría. Me gustan capturar fotos de los momentos y lugares que siempre quiero recordar, así no me desenfoco de lo que realmente necesito. Además de poseer fotografías donde aparezcan las personas que han hecho linda mi vida.

No podemos saber con exactitud qué tipo de recuerdo signifiquemos para todas las personas que nos conocen y aún más, para quienes han compartido con nosotros en mayor o menor medida, mientras que si podemos trabajar en nuestro comportamiento y actitudes para así ser lo más entrañable posible para todas las personas que lleguen a conocernos. Sería una gran fortuna el poder ser recordado con cariño, consideración, sencillamente con encanto. La función de los recuerdos es hacernos feliz, y nuestra función es la de ser recordados siempre bien.

Estefanía Villacís G.

Personas con discapacidad - Visibilizadas o victimizadas.

En los últimos contenidos publicados en mis plataformas digitales he topado el por qué y la importancia de la celebraciones de los días internacionales, hoy es uno de ellos, de gran significado, es 03 de diciembre, Día internacional de las personas con discapacidad, ocasión propicia para exponer algunos puntos de vista.

Pero antes, me parece oportuno también comentar que experiencias pasadas de trabajo social específicamente con niños con discapacidad permitieron descubrirme como una persona que disfruta y es feliz trabajando en asuntos enmarcados en la solidaridad, pero no la solidaridad que el populismo político, ni el mal entendido altruismo han re significado para mal, sino de esa solidaridad que es producto de la convicción de transformar vidas, de tener conciencia que ayudar a quien este en tus posibilidades comienza por dejar de verlos y tratarlos con pena, sino con ánimo para impulsarlos a que reconozcan sus fortalezas; de la solidaridad que no se publicita, que no busca me gustas y/o me encantan en las redes sociales. 

Por ello, al ver fotos de años atrás, y analizar mi presente siento satisfacción porque en ningún momento me he perdido de mi camino, de ahí que mi decisión de estudiar y apasionarme por la exigibilidad de los Derechos Humanos es consecuencia de lo antes descrito, pero más que los títulos en dicha materia, lo que me legitima para cuestionar temas concernientes a las discapacidades, recae en mis acciones pasadas y presentes, en razón de esto siento el deber y la obligación de participar activamente en favor de la promoción y respeto de sus derechos.

Y, en ese camino de re educarme, prepararme, desaprender y volver a aprender he podido estar más atenta y ser más crítica del cómo se trata a las personas con discapacidad, porque así como en la lucha por la igualdad de género, se ha trabajado y consolidados avances muy importantes, las concepciones sociales y culturales de la mayoría de personas continúan propiciando estigmas y exclusión, y por ende distorsionando el fin de las medidas que se han adoptado para generar escenarios equitativos e inclusivos, porque dichas acciones no son una dádiva, ni beneficios para los “diferentes”, son el reconocimiento de sus derechos, de su dignidad humana.

Mirar con compasión no es la solución, mucho menos lo que visibiliza a esta población, por el contrario, los objetiviza, los condiciona, les resta autonomía, libertad, los aleja de sus derechos. 

En esa línea, diré que me resulta muy chocante el mal uso del término inclusión, de las erradas interpretaciones y aplicaciones que se hacen de este principio tan esencial para erradicar los tratos discriminatorios que persisten y más de lo que se podría pensar. Entender las discapacidades si bien es el resultado de romper muchos paradigmas, también implica saber que nadie está exento de vivirla. 

Es un hecho que el día de hoy se realizarán distintas actividades, es fundamental, es plausible porque falta tanto. Hay que seguir luchando por construir prácticas y fomentar una verdadera consciencia inclusiva, no es y nunca será suficiente hacer eventos para tomarse fotos y postearlas con la mezquina intención de crear “buenos perfiles”, sólo para “parecer”, aquello está recayendo en la espectacularidad, en re victimizar a las personas con discapacidad y en normalizar la estigmatización que aún viven.

No nos conformemos con discursos de igualdad, con políticas incorrectas que son asistencialistas y que no erradican la discriminación. Materializar la igualdad depende de nuestros actos, de nuestras expresiones y acciones. Las personas con discapacidad no son “especiales” o “angelitos”, SON PERSONAS, SUJETOS DE DERECHOS. No son minusválidos, discapacitados o enfermitos, son PERSONAS CON DISCAPACIDAD.

Estefanía Villacís G.