Personas con discapacidad - Visibilizadas o victimizadas.
En los últimos
contenidos publicados en mis plataformas digitales he topado el por qué y la
importancia de la celebraciones de los días internacionales, hoy es uno de
ellos, de gran significado, es 03 de diciembre, Día internacional de las personas con discapacidad, ocasión
propicia para exponer algunos puntos de vista.
Pero antes, me
parece oportuno también comentar que experiencias pasadas de trabajo social
específicamente con niños con discapacidad permitieron descubrirme como una
persona que disfruta y es feliz trabajando en asuntos enmarcados en la
solidaridad, pero no la solidaridad que el populismo político, ni el mal
entendido altruismo han re significado para mal, sino de esa solidaridad que es
producto de la convicción de transformar vidas, de tener conciencia que ayudar
a quien este en tus posibilidades comienza por dejar de verlos y tratarlos con
pena, sino con ánimo para impulsarlos a que reconozcan sus fortalezas; de la
solidaridad que no se publicita, que no busca me gustas y/o me encantan en las
redes sociales.
Por ello, al ver
fotos de años atrás, y analizar mi presente siento satisfacción porque en
ningún momento me he perdido de mi camino, de ahí que mi decisión de estudiar y
apasionarme por la exigibilidad de los Derechos Humanos es consecuencia de lo
antes descrito, pero más que los títulos en dicha materia, lo que me legitima
para cuestionar temas concernientes a las discapacidades, recae en mis acciones
pasadas y presentes, en razón de esto siento el deber y la obligación de
participar activamente en favor de la promoción y respeto de sus derechos.
Y, en ese camino
de re educarme, prepararme, desaprender y volver a aprender he podido estar más
atenta y ser más crítica del cómo se trata a las personas con discapacidad,
porque así como en la lucha por la igualdad de género, se ha trabajado y
consolidados avances muy importantes, las concepciones sociales y culturales de
la mayoría de personas continúan propiciando estigmas y exclusión, y por ende
distorsionando el fin de las medidas que se han adoptado para generar
escenarios equitativos e inclusivos, porque dichas acciones no son una dádiva,
ni beneficios para los “diferentes”, son el reconocimiento de sus derechos, de su
dignidad humana.
Mirar con
compasión no es la solución, mucho menos lo que visibiliza a esta población,
por el contrario, los objetiviza, los condiciona, les resta autonomía,
libertad, los aleja de sus derechos.
En esa línea,
diré que me resulta muy chocante el mal uso del término inclusión, de las
erradas interpretaciones y aplicaciones que se hacen de este principio tan
esencial para erradicar los tratos discriminatorios que persisten y más de lo
que se podría pensar. Entender las discapacidades si bien es el resultado de romper
muchos paradigmas, también implica saber que nadie está exento de vivirla.
Es un hecho que
el día de hoy se realizarán distintas actividades, es fundamental, es plausible
porque falta tanto. Hay que seguir luchando por construir prácticas y fomentar
una verdadera consciencia inclusiva, no es y nunca será suficiente hacer
eventos para tomarse fotos y postearlas con la mezquina intención de crear
“buenos perfiles”, sólo para “parecer”, aquello está recayendo en la
espectacularidad, en re victimizar a las personas con discapacidad y en
normalizar la estigmatización que aún viven.
No nos conformemos
con discursos de igualdad, con políticas incorrectas que son asistencialistas y
que no erradican la discriminación. Materializar la igualdad depende de
nuestros actos, de nuestras expresiones y acciones. Las personas con
discapacidad no son “especiales” o “angelitos”, SON PERSONAS, SUJETOS DE
DERECHOS. No son minusválidos, discapacitados o enfermitos, son PERSONAS CON
DISCAPACIDAD.
Estefanía
Villacís G.
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