La función de los recuerdos
Recordar es un ejercicio reconfortante
sólo cuando dejas volver a tu mente lo lindo que has vivido, cuando la alegría
que has provocado y que obviamente has sentido te hace reaccionar de cualquier
vacilación, cuando te vuelves a emocionar por quizás algo simple pero que a la
vez fue muy especial, cuando encuentras en tus memorias las soluciones para
abrirte paso a los hechos presentes. Recordar todos los logros que conquistaste
para que esa sensación de victoria vuelva a ti y continúes generando más
resultados exitosos y de grandes beneficios. No hay más, los recuerdos se han hecho para sonreír, no
para afligirnos, están para animarnos cuando de repente el desaliento intente
dejarnos dormidos a medio camino.
Pueden existir toda clase de
recuerdos, pero sólo deben resurgir aquellos que nos dotan de paz, los que
simbolizan felicidad y mayormente los que nos regalan demasiados motivos para
vivir con intensidad, y de la forma más estable; esos recuerdos que nos llenan
de convencimiento, que refuerzan la perseverancia necesaria para dar pasos
seguros, para no desgastarnos desviando nuestra mirada ni a los costados, y
peor hacia atrás.
Se trata de aprender con mucha
precisión a ser selectivos, a nivel mental, de dominar el arte de desechar lo
malo y feo, ya que si esas cosas vuelven a aparecer en nuestros recuerdos, con
seguridad generarán malestar y de pronto pueden conducirnos a un estado de
sentirnos atormentados o idiotizados, y nadie quiere eso.
La música es y será la principal
fuente de los recuerdos, la que nos transporta de inmediato a esos instantes
que fueron determinantes, los que de cierta forma dejan marcas y propician
diversos sentimientos, por eso mismo, estos detalles no pueden ser descuidados,
ni minimizados; si una canción en particular revive algún suceso y/o
pensamiento negativo, cámbiala, vétala, nunca es conveniente el masoquismo, así
que, escucha sólo lo que te eleve la adrenalina y favorezca a mantenerte en una
condición donde reine el entusiasmo.
Las fotografías son otro punto
importante, y pregunto, ¿Tomarías fotografías en las ocasiones lamentables,
desagradables y vergonzosas? ¿Guardarías las fotos de esos momentos? Verdad que
no, se toman esas fotografías para investigaciones si trabajas en algo
relacionado al tema, pero para hacer con ellas un álbum que repose en la sala de
tu casa NO, al menos yo no lo haría. Me gustan capturar fotos de los momentos y
lugares que siempre quiero recordar, así no me desenfoco de lo que realmente
necesito. Además de poseer fotografías donde aparezcan las personas que han
hecho linda mi vida.
No podemos saber con exactitud qué
tipo de recuerdo signifiquemos para todas las personas que nos conocen y aún
más, para quienes han compartido con nosotros en mayor o menor medida, mientras
que si podemos trabajar en nuestro comportamiento y actitudes para así ser lo
más entrañable posible para todas las personas que lleguen a conocernos. Sería
una gran fortuna el poder ser recordado con cariño, consideración,
sencillamente con encanto. La función de los recuerdos es hacernos feliz, y
nuestra función es la de ser recordados siempre bien.
Estefanía Villacís G.
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