Los …era que nos limitan
Estoy segura que todos en algún
momento hemos pronunciado con tristeza, quizás con iras, o de pronto con
alegría lo siguiente: SI YO TUVIERA, SI YO PUEDIERA, SI YO QUISIERA, SI YO
HUBIERA, que presión! Y resulta que inconscientemente pasamos mucho tiempo y le
dedicamos mucha energía a esas tres palabras, a esas frases que son letales, no
sólo para nuestra salud mental sino que también resultan una muralla entre la
realidad y el futuro.
Es propio e inevitable que una
persona sienta ansiedad y desesperación en un determinado momento, mejor dicho,
en muchos momentos, pero debemos crear una conciencia fuerte sobre nuestros pensamientos
y aún más cuando los exteriorizamos porque nos autodestruimos, nos limitamos,
nos desvalorizamos y nos estancamos.
No es fácil, lo sé, y depende en
gran medida de la personalidad y de la fortaleza que desarrollemos, sin
embargo, los …ERA también son alertas que si no los receptamos de la forma más
rápida no se podrán transformar en impulsos, y precisamente TRANSFORMAR porque esa
es la magia que poseemos cada uno de nosotros y sólo nos bastará la voluntad y una actitud positiva para conseguirla.
Recuerden que lo perfecto no
existe, no existirá jamás, pero lo ideal SI, desde nuestra individualidad y
obviamente desde nuestra perspectiva. Por ello tengo la certeza de que sí camináramos
sin mirar atrás y sin prisas no tropezaríamos con nada, con nadie y en ese
trayecto viviríamos la felicidad propia de cada estación que vendría a ser cada
etapa de nuestra vida.
Anulemos los …ERA, por los YO
PUEDO, sólo con el convencimiento de nuestro potencial seremos capaces de
desterrar los lamentos, las angustias y todo sentimiento negativo, ya que no
importa lo que no resultó o lo que nos decepcionó, todas las situaciones nos
dejan lecciones con L de LUZ para avanzar más allá de lo pensado, para sonreír
más de lo imaginado, para vivir mejor de lo soñado.
LA CLAVE ES LA FUERZA INTERIOR!
Asi es Estefania, con fe todo se puede, aunque a veces las cosas se ponen dificiles. hay que seguir persistiendo en la vida, sin rendirse.
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