Tú y los otros
Las relaciones humanas pueden ser
complejas, a causa de las infinitas diferencias entre nuestros semejantes,
y precisamente ahí está lo interesante. Los moldes no pegan, es lindo encontrar
gente tan auténtica, de esas que los mentes cuadradas llaman “locas”, es más
bonito aún que la gente tradicional no trate de excluir a quienes van en contra de la
normal.
Confío en la gente, y sí, he
tenido mis experiencias no tan buenas por pensar que todos tienen el corazón
limpio, y el alma sin malicia, pero que va, siempre confiaré, de lo contrario no
podría atraer confianza para mí, ni mucho menos permanecer en un estado
de calma.
Me parecen terrible quienes se
esfuerzan por permanecer en el conflicto, por generar obstáculos y crear ambientes
de enemistad; no concibo que para quedar “bien” en algo o con alguien, se deba
afectar la imagen del otro. Me resulta inaceptable que muchos vivan en la
envidia y que la propaguen.
Las competencias son con uno
mismo, con los miedos, fantasmas, como
lo quieran llamar, y con todas esas voces que pretender boicotear. No se trata
de querer ser “santos”, es sentido común, vivir en espacios de paz, de
solidaridad. No es regla ni nos debe quitar el sueño caerle bien a todos o que
todos sean peritas en dulces con nosotros, se trata de tolerancia.
Algo de lo que me he dado cuenta
en las últimas semanas es que tan pesimista está la sociedad que cuando tratas
de inyectar positivismo, la atención se desvía, la gente se dispersa, pero sí
de “tragedias” se trata, se agotan los espacios vip.
Tú individualidad debe prevalecer,
ningún otro puede impedir que dejes de ser, de pensar, de opinar, de actuar.
Los otros deben respetar, sino les eres compatible, siempre existirá la opción
de ignorar. Y cuidado con eso, hasta para “ignorar” hay que prestar atención
para no cruzar la línea y caer en actitudes hostiles, poco cordiales. La clave
es que todo se ajuste a la medida adecuada.
Tú debes ser feliz y los otros
también, los caminos para vivir en ese estado de felicidad son múltiples, y ahí
es donde se debe proteger que las piedras que se puedan encontrar no cumplan su
función de limitar, a dichas piedras se la deben desechar, y saben cuál es el
ingrediente principal para avanzar, pues la VOLUNTAD, de ello nace todo lo demás.
Tú vive como quieres, y los otros
también.
Por mi parte diré que: “Me
diferencio de mucha gente no porque me crea más que ellos, sino porque creo en mí”.
Con afecto,
Estefanía Villacís G.
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