Piérdete y encuéntrate
Nunca he querido comenzar mis
escritos con palabras que denoten pesimismo o reflejen negatividad, pero vale
la pena hacer una introducción con un suceso del día de ayer 15 de febrero de
2018.
Comencé mi día con algunos
infortunios, aparentemente pude resolver tareas académicas, sentía que todo iba
bien, hasta que por temas laborales me sentí tan enfadada, decepcionada de la
gente, fastidiada al punto de no dejar de mirar al cielo queriendo sentir la
mirada de Dios para poder entender y asimilar las lecciones que él me quiere
regalar.
Con ese mal ánimo me dirigía a un
compromiso, un lugar bonito, la comida deliciosa, el ambiente agradable pero yo
estaba idiotizada, no apreciaba nada; lo bueno era que estaba consciente de
ello, pero lo malo fue que me deje afectar.
Sumado a esto suena mi teléfono,
y quien me llamaba me dice cosas que en vez de ayudar me hicieron sentir que
necesito perderme un tiempo para volver a equilibrar mis emociones, para alejar
los fantasmas, para anular las frustraciones y para superar todo lo que me
pueda atormentar… luego de eso continuar.
Lo positivo de la noche y de todo
el día fue la persona que estaba a mi lado, me recordó que hace algún tiempo no
había publicado nada en este blog, las palabras que me dijo me alentaron, arreglaron
mi ánimo y muy contenta le dije que gracias por lo que pensaba de lo que he
escrito y además lo siguiente: “Tranquilo, que con lo que he experimentado los
último meses y lo de hoy, seguro mañana escribo algo y me voy de largo -jajajaja-”.
Y aquí estoy, aprovechando un
tiempo libre de mis clases de maestría para limpiar mi alma de la mayor
cantidad de sensaciones que han nublado mis días.
Siempre he dicho que pienso mucho
y que para nada es bueno, me boicotea, pero estoy determinada a acabar con
ello, en este momento no se me ocurre cómo pero lo lograré. Seguido de ello y
de a poco iré modificando muchas cosas que en resumen son vivir al máximo para mí
y por mí con la mayor armonía que me sea posible, alejada de los problemas, de
todos y de todo aquello que no me eleve.
Me he perdido de muchas maneras,
no me arrepiento de haber invertido energías y tiempo en situaciones que precisamente
el mismo tiempo aclararan; he transitado entre el bien y el mal, entre verdades
y mentiras, entre promesas y certezas.
Hoy decido que renaceré, que
recuperaré mi poderío y lo reforzaré, que ningún obstáculo retrasará mi andar
por el maravilloso camino que Dios ha diseñado para mi vida, que jamás voy a
dejar de ser un ente de alegría, que me voy a perder pero esta vez de otra
forma.
Me volveré a encontrar pronto y estaré
más esplendorosa.
Con afecto,
Estefanía Villacís G.
0 comentarios: