Las/os niñas/os NO son ángeles, son personas.

20:59 estefania villacis 2 Comments


Hace algunos meses atrás la atención mediática ha estado centrada en los abusos que se están cometiendo contra los niños de nuestro país; son hechos totalmente aborrecibles, siento que ningún lugar está siendo seguro para ellos, no así, todo se hace más alarmante y preocupante por el encubrimiento, lo intereses creados, la falta de voluntad política por tomar medidas realmente efectivas que les devuelvan la seguridad y no permitan que nada quede en la impunidad.

No se puede negar que en la agenda pública se han establecido líneas de acción, estrategias y que existen políticas públicas tendientes a proteger los derechos de los menores, su eficacia no será análisis de este texto, pero si es importante referirlo porque no se puede ignorar que si se ha hecho un trabajo por ejecutar los mandatos constitucionales, y que existen instituciones, organismos y demás entes públicos cuya misión es justamente velar por el cumplimiento de los derechos de las/os niñas/os.

Pero como en muchas de las situaciones negativas que nos enfrentan como sociedad, salta el tema de los patrones culturales, creencias, concepciones; vuelve a surgir la tan famosa visión patriarcal y paternalista que anula las opiniones de los niños, que los invisibiliza desde el núcleo familiar.

Es muy usual escuchar que las/os niñas/os son llamados como ángeles, nadie puede negar que las/os niñas/os son alegría, despiertan ternura, motivan con sus ocurrencias, dan ánimos de superación para sus padres o quienes se encuentren a su cuidado, son luz para el mundo, pero el adultocentrismo los limita, ejerciendo una relación de poder que los afecta terriblemente.

Los adultos deben ser conscientes que los niños también mienten, que por el afán de disciplinamiento y por su intransigencia los oprimen, los condicionan a expresar sus sentimientos, sensaciones y emociones, les instauran miedo. Los adultos se olvidan que los niños también manipulan, no porque sea su intención ni porque logren dimensionar lo que es la maldad, sino porque es a lo que ellos los orillan.

En los últimos días se han desatado varias controversias a propósito del decreto del reglamento sobre la Ley Orgánica para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres; los conservadores se han escandalizado, ya han marchado gritándole al Estado que a sus hijos los educan ellos, a lo cual les digo.

Para mí es plausible que las personas y/o grupos sociales defiendan sus tesis, convicciones, etc., (libertad); es más plausible que los debates se generen con respeto y la suficiente apertura para aceptar que nadie es dueño de la verdad y que lo más fructífero será que diversas opiniones generen una convergencia positiva para resolver los problemas sociales. En este caso desde mi perspectiva está reinando la mal interpretación de la información, por los famosos sesgos, conceptos erróneos de lo que significa una y otra cosa, imperando la intolerancia, homofobia, la discriminación y develándose que los discursos de igualdad son sólo eso, discursos vacíos para generar buenas impresiones y no porque realmente se comprenda que vivimos en un mundo diverso.

Quienes han enarbolado banderas con el hashtag #AMisHijosLosEducoYo, al parecer desconocen que existe un principio llamado Interés Superior del Niño,  (Convención sobre los Derechos de los Niños), y como lo recoge nuestra Constitución, ellos están siempre llamados a velar por su bienestar, y el ejercicio pleno de sus derechos. No pretendo hacer juicios de valor pero creo que marchan por desatenderse de esa obligación y dejar que otros hagan su trabajo, olvidando que la educación, principios, valores, etc., parten de la familia, y ahora como se sienten amenazados porque sus hijos cambien su orientación sexual por la educación que reciban de otros, reparan en todo lo ya dicho. 

Son temas polémicos que demandan muchas cosas para evitar conflictos, que no deben ser tratados con pinzas, porque eso derivaría en blandos consensos, deben ser abordados con el suficiente conocimiento y en la misma medida con la necesaria tolerancia y respeto por los derechos humanos de tod@s.

Las/os niñas/os NO son ángeles son personas, que necesitan ser escuchadas/os, observadas/os sin llegar al extremo de la vigilancia, que merecen amor, atención, libertad para que desarrollen sus potencialidades en una sana convivencia con sus familias y armónicas relaciones con sus semejantes y particulares; que no pueden jamás ser objetivizados ni utilizados como medios para nada. 

La ternura de las/os niñas/os no puede confundirse al punto de pensar que su inocencia no puede dañar; así como, su sinceridad que no siempre agrada porque “hace quedar mal”, tampoco debe ser motivo de castigos absurdos, ni nada parecido. Simplemente hay que dejarlos ser, respetándolos, pero sobre todo, no olvidando nunca que son personas, sujetos de derechos y NO ángeles terrenales.


Con afecto,

Estefanía Villacís G.


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¿Eres libre?

12:27 estefania villacis 3 Comments


En un lapso corto de tiempo me cuestione que era ser libre, si yo era libre como quería, como sentía que debía serlo para mantener mi felicidad. Es un ejercicio que puede tornarse tortuoso cuando te encuentras con la realidad de que algo que te gusta o quieres resta esa libertad; y no me refiero a la libertad de transitar por calles y lugares, me refiero a la libertad de ser que no siempre es tenida en cuenta.

Para entender la libertad de ser hay que transportarse a la niñez porque nuestros padres, abuelos o con quienes hayamos crecido nos transmiten sus concepciones de muchos temas, mismas que nos pueden llegar a limitar o dar alas, pero si aprendemos a ser flexibles y a no resistir ante lo que podamos creer, todo se puede cambiar y con ello adaptar formas más placenteras de vida.

Uno cambia todos los días, no es una regla dada, ni ideal para todos, pero es saludable ya que en la medida que nos damos la oportunidad para ser comprensivos y abiertos nos desprendemos de los miedos y nos atrevemos a vivir, sin dejar de lado que ese “atreverse” debe ser consiente sin caer en las trampas de los cálculos, porque calcular la vida es desgastante, hay que fluir con todo sin estancarnos por nada.

Cabe resaltar que la libertad no implica soledad, sino paz y felicidad, sentirla eleva el espíritu, en mi caso no hay nada que defienda más que mi libertad de ser, por eso les comparto lo siguiente: Para mí la libertad es no tener presiones externas, voces que te digan cómo y qué hacer, cuando y que decir, a donde ir, como vivir, etc.; significa no tener que dar justificaciones ni explicaciones, de absolutamente nada, porque cada quien se equivoca y aprende solo, además me resulta desagradable que gente que camina sobre viejas estructuras, que no vive en plenitud y que además es ciega para apreciar cosas más lindas de las que creen existen, te diseñen caminos.

La libertad implica sensatez, determinación para que nadie más que tu lleve las riendas de tu vida, que tus acciones sean consecuentes con tus filosofías, teniendo plena certeza que las formulas siempre deben ser reinventadas y que los traspiés son parte de la jugada para llegar más lejos.

Aunque suene contradictorio existen personas en las cárceles que a pesar de no poder salir de un perímetro definido, pueden ser más libres que los otros; lo pienso así porque a pesar de lo terrible que debe resultar estar encarcelado muchos aprenden a dimensionar, apreciar cosas, valorar y por ende dejan de ser esclavos de los deseos ajenos comenzando a vivir por y para ellos mismos. 

De ahí que siempre digo que en la modernidad existe una nueva esclavitud, la que consiste en ser para otros y no para uno mismo, donde reinan las frustraciones, vidas de apariencias, la lucha por encajar y ser admirado a costa de ser utilizados. Donde se estudia lo que los papás quieren y no lo que a ti te apasiona; donde te casas con quien te conviene y no con quien quieres; donde tienes hijos porque te enseñaron que era lo normal, nacer, crecer, reproducirte y morir; y así por el estilo muchas otras barbaridades.

La gente libre es positiva, agradecida y feliz, esa que siempre ve las herramientas que la vida le regala para llegar más lejos, la que se toma su tiempo y jamás tiene prisas, la que sabe que la libertad es poder, que requiere compromiso y algo clave, FUERZA.

Tú que me estás leyendo, no pierdas tiempo y analiza si eres libre, la vida es corta y la felicidad exclusiva de valientes.

Con afecto,

Estefanía Villacís G.

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MUJERES, POLÍTICA Y FUNCIÓN PÚBLICA

15:43 estefania villacis 1 Comments

Los discursos de paridad y equidad para defender la igualdad de mujeres y hombres en el ámbito político y público se han tornado tan vacíos y sin sentido porque la mayoría se han quedado en meras palabras rebuscadas para dar una buena imagen, pocos se han convertido en acciones de cambio; por ello valoro más a los hombres que no caen en la espectacularidad de no parecer machistas, que a las mujeres que lo son pero hablan bonito de igualdad.

A pesar de todo la lucha por la igualdad de género no se detiene, eso está perfecto; y aunque en un determinado momento pareció que las mujeres empezaban a ganar espacio y tomar decisiones en este campo, siguen siendo fichas en el tablero de los reyes del patriarcado. Lo digo porque en nuestro país, la historia reciente muestra que la participación y representación de las mujeres en el ámbito público se incrementó exponencialmente, pese a esto e irónicamente no se redujo la violencia política hacia ellas, no pisaron fuerte y mucho menos abrieron el camino para las otras, por la falta de sororidad, poca convicción de igualdad de género, y por mucho MACHISMO.

Además, por lo que he podido evidenciar, acepto con tristeza que el sexismo lo fomentan las propias mujeres al cuestionarse por vestimenta, apariencia, etc.,  por creerse moralmente suficientes para juzgar la decencia, muchas viven poniéndose el pie y no se extienden las manos. Y qué decir de los famosos roles que históricamente el patriarcado ha asignado a hombres y mujeres, que se vuelven presiones sin sentido, de ahí que se quiere reforzar el equívoco de que las mujeres que gozan de representatividad en lo político-público son malas madres, esposas y viven en soledad.

En la administración pública, las mujeres que se encuentran en cargos directivos enfrentan resistencia de todo tipo, de un lado la envidia de su género y del otro lado hombres que subestiman sus ideas (la competencia malsana y traiciones abundan, lo peor es que lo han normalizado); de aquí surgen dos escenarios, el primero donde muchas tiran la toalla cediendo ante la presión, y el segundo donde se impone la firmeza y las funcionarias destacan generando ejemplo.

A todo esto traigo a colación que el otro día escuchaba a una autoridad y me pareció tremendamente ridículo, SI, pésimo que se intente ganar o mantener sitiales en base a la lástima, conmoviendo con lágrimas y dramas, lo cual me llevó a reflexionar que existe una diferencia muy grande entre victimizarse por lo que ha sido tu historia de vida o motivar con tu historia de vida a muchas mujeres que desde lo público pueden hacer algo significativo. Las primeras son estrellas fugaces, las segundas de firmamento, las que se quedan en el imaginario colectivo.

Volviendo a la paridad, ahora que se acercan nuevas elecciones veremos si los partidos y movimientos políticos escogen a más mujeres para puestos principales y no de suplentes, si se generan consensos, apoyo y convergencia de ideas. En fin, la paridad no debe ser una imposición sino una decisión desde los espacios de los movimientos y partidos políticos en aras de una igualdad material entre los géneros. Las mujeres deben resolver participar activamente y generar una incidencia positiva en la sociedad, de lo contrario se mantendrá la violencia estructural que las oprime y objetiviza. 

El poderío femenino se reforzará cuando todas las mujeres crean en sí mismas, se sientan capaces de gestar cambios y de apoyarse mutuamente en todos los ámbitos; en el caso de las primeras, deben estar dispuestas desde el cargo de alcaldesas, prefectas, asambleístas, gobernadoras, presidentas y/o cargos directivos de la función pública, a generar transformaciones y tener claridad entre lo que significa servir y jamás ser servil; basta que lo crean, se convenzan y lo apliquen. En lo político y público, las mujeres fuertes, seguras y autónomas tendrán el liderazgo requerido para trascender.

Con afecto,

Estefanía Villacís G.

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