25 LECCIONES APRENDIDAS

11:14 estefania villacis 0 Comments


  1. Ser feliz es sólo para valientes, para almas fuertes.
  2. Las decisiones se deben tomar siguiendo el corazón porque la mente creadora de fantasías y expectativas dañan la razón.
  3. Las verdades a medias son peores que las mentiras; y, la gente no miente por evitarte un daño, mienten por no descubrirse.
  4. El amor propio lo arregla todo, evita todo mal, es lo que más debemos cuidar porque además, te regala paz.
  5. Sonreír siempre, disfrutar el presente y vivir apasionadamente.
  6. Los momentos que dejan recuerdos inolvidables son tesoros.
  7. Los errores comienzan con E porque enseñan, terminan con S porque te dan sabiduría. También se agradecen.
  8. No hay que controlar nada, nunca.
  9. A medida que uno aprende el valor que tienen las cosas, lo que verdaderamente se necesita, no se llena de objetos.
  10. Las personas más fuertes necesitan sentir debilidad en pocos momentos para que no se endurezca el corazón.
  11. Tu poder, talentos y habilidades, deben servir a los demás.
  12. Cuando sonríen los ojos, todo va bien.
  13. Los finales son inicios maravillosos cuando así lo decides, jamás es sencillo pero siempre gratificante.
  14. Todo lo que se quiere, se puede. Pero no todo lo que se quiere, conviene.
  15. El pasado deber ser mirado con agradecimiento, no con resentimiento.
  16. Hay que mirar más allá sin dejar que nos gane la ansiedad.
  17. Vives en la medida que eres libre, eres libre cuando sólo tú llevas las riendas de tu vida, cuando eres positiva, auténtica y determinada.
  18. Para tener grandes oportunidades hay que comenzar por darse la oportunidad de sentirse capaz de merecerlas para luego transformarlas en extraordinarias conquistas.
  19. Dar lo mejor de ti, a todos y en todo momento.
  20. Aprender a saber que decir y a quien decírselo.
  21. Confiar en la gente, pero no ser confiada.
  22. Perder la mala costumbre de acostumbrarnos a las mismas fórmulas.
  23. Sólo tú puedes darte lo que quieres, sé independiente.
  24. No hay que huirle a la soledad, hay que abrazarla, tiene muchos beneficios.
  25. Los sueños son más que eso… imaginándolos te dan energía, ejecutándolos te quitan los miedos, obteniéndolos se convierten en felicidad pura.

Con afecto,

Estefanía Villacís G.

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Contradictoriamente XENÓFOBOS

13:45 estefania villacis 1 Comments

Acciones y decisiones político-económicas a lo largo de la historia han propiciado una triste realidad, la migración forzada, acompañada de crónicas llenas de fatalidades, eso diferencia a la migración deseada, ya que migrar como parte de tu proyecto de vida es una cosa pero hacerlo por huir de condiciones que claramente menoscaban tres aspectos básicos de la dignidad humana como lo son, el vivir como se quiera, vivir bien y vivir sin humillaciones, es otra. En razón de ello, estoy segura que si conscientemente hacemos el ejercicio de entender la dignidad humana, nuestros discursos serían más coherentes, y por ende nuestras acciones más fraternas.

Mi padre fue migrante, entiende muchas cosas y al compartir sus vivencias pretende despertar ese sentir de compasión que ya en otra publicación abordé; aun así, experiencias como las de él y muchos otros no se asemeja en nada a lo que acontece con los hermanos venezolanos, porque más allá de titular su realidad como migración forzada, la verdad responde a una crisis humanitaria.

Me atrevo a decir que somos contradictoriamente xenófobos porque nos indignamos cuando políticas de otros países bloquean la intención de trabajar y hacer una nueva vida donde consideramos todo irá mejor. Pero cuando a nuestro país llegan ciudadanos colombianos, cubanos, venezolanos, nos sentimos atacados, propagamos tanto odio con simples palabras, nos tratamos de convencer que son unas plagas e infundimos aquello en todo quien lo permita. Considero que nos falta criticidad para ir más allá de lo visible y concreto.

Así, un día explotados y otro día explotadores. Acabar con los círculos de la violencia parece ser más que una utopía. No creo equivocarme en atribuirle estos hechos a las afirmaciones pesimistas que seguro la mayoría hemos escuchado algunas veces o nos las han dicho, y que por cierto me provocan repudio, te dicen: “Para aprender tienes que caer” (de por sí la palabra tienes lleva una carga de obligación tenaz), y el caer siempre usado como sinónimo de desgracia, no necesariamente debe darse el drama. Otra, “No has sufrido”, quien dice que el aprendizaje debe incluir dolor. Entonces, aceptar estas apreciaciones propicia que reproduzcamos las malas actitudes recibidas. Pero lo grave no es que se esté abusando de la necesidad, eso es lo menos, lo más grave y terrible es pretender negar la oportunidad de una nueva vida a los que están huyendo de sus países.

Decimos con desprecio, “Esos venezolanos”, propagamos prejuicios, estigmatizamos sin piedad, olvidando algo, SON PERSONAS, SOMOS PERSONAS. Así también olvidamos que hemos sido “Esos ecuatorianos” en Estados Unidos, España, Italia, etc., y podemos volver a serlo.

Las medidas implementadas por el gobierno, no son las idóneas, atentan contra los Derechos Humanos, y aquí voy a decir algo, no todo y no siempre las disposiciones legales se enmarcan en lo correcto o justo, sino pensemos en que Hitler actúo con base en sus leyes y ya sabemos lo que pasó. Ahora, pondré un par de ejemplos. El día de mañana quienes alcanzaron a ingresar sin la presentación de su pasaporte y demás documentos, intentan matricular a sus hijos en alguna escuela, no es descabellado pensar que autoridades comentan el craso error de negarles el acceso al derecho a la educación, violando además el principio del Interés Superior, ¿No es esto una violación a los Derechos Humanos? Para otro caso, va otro ciudadano venezolano a pedir atención médica en estado crítico, supongamos que un agente de salud muy burócrata insista en que sin documentos no puede realizar el ingreso al hospital, y por todo ello la persona muere ¿No es esto una violación a los Derechos Humanos?

Para reflexionar profundamente y exhortar a los Estados de la región mediante nuestra empatía y solidaridad hacia los protagonistas de la migración forzada a que se adopten medidas que les garanticen sus derechos, teniendo en cuenta que el enemigo no es la migración ni los migrantes, sino nuestras contradicciones de lo que SÍ para unos y NO para otros.

Somos ciudadanos del mundo, y aunque el mundo tenga muchas banderas que nos otorgan una nacionalidad, no podemos perder el sentido de humanidad.

Con cariño,

Estefanía Villacís G.

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Legalizar una realidad, el aborto.

12:28 estefania villacis 0 Comments

Se tiende a caer en decir lo que genere simpatía, casi nunca en lo que se siente o se piensa realmente, casi siempre a lo que resultare conveniente; de aquí surgen las falsas realidades, erróneas interpretaciones y muchas acusaciones. 

Las argentinas trajeron al debate de nuestra región, la legalización del aborto, fueron semanas de una álgida controversia donde las etiquetas de pro vida y pro aborto resonaron, los medios de comunicación tuvieron demasiada responsabilidad en el reforzamiento de dichas etiquetas, en mi opinión esto contribuyó a las posturas cerradas; el debate no debe centrase en ese gran equívoco sino en porque es necesario que se legalice. 

Indudablemente este no es un tema para tratarlo a la ligera, escuché muchas de las intervenciones que se dieron en el senado argentino, y aunque el contexto argentino no es el mismo que el del Ecuador, analizar las posturas del porque si o porque no, son fundamentales para el debate, así como aprender a defender las convicciones. 

Queramos o no, el aborto es una realidad latente, que le duele a muchos, que escandalizan a otros y por lo tanto no se puede ocultar, se debe solucionar sin dogmas de por medio. Es cierto que un aborto clandestino o no, tiene riesgos, pero más el clandestino, que aunque no se legalice seguirá dándose.

Tan difícil es entender que la maternidad no es un deseo de todas las mujeres, que no puede ser forzada; y, más difícil entender que legalizar el aborto no es estar a favor de él, ni obligar a las embarazadas a que lo hagan, ni mucho menos fomentar la promiscuidad. No es acabar con la vida, equivale a que cada mujer tenga la posibilidad de decidir sin ser criminalizada, o expuesta a peligros innecesarios.

Los conservadores dicen que la solución no es legalizar el aborto, sino la educación sexual para evitar embarazos no deseados y con ello un aborto, obviamente aquello es imprescindible. Sin embargo, cuando en nuestro país o en otros se ha intentado desarrollar estas políticas, se alarman, marchan en contra del libertinaje sexual que según ellos el Estado quiere propiciar en los jóvenes; y, que decir de la iglesia que sale a pedirles a los jóvenes abstinencia y castidad porque el sexo es pecado si se trata de placer, sólo existe para la procreación. Aquí vale resaltar que yo creo fielmente en Dios y tengo la mayor certeza que ese Dios no condena ni esclaviza como muchos de los discursos que la iglesia le atribuye.

Estoy segura que muchas de las miles de mujeres que han levantado su voz y han sido propulsoras de este tan controversial asunto en ya muchos países, jamás en sus vidas han abortado, y tampoco lo fomentan, simplemente defienden los derechos de las mujeres que sobre todo por su realidad económica, lo hacen y son criminalizadas.

El sistema patriarcal no entiende que la legalización del aborto es una lucha por dos aspectos sustanciales, el primero evitar la ya mencionada criminalización, y además la muerte o complicaciones en la salud de las mujeres que toman la dura decisión de interrumpir un embarazo. Y segundo, para reivindicar sus derechos, acabar con la objetivización que las mira como incubadoras.

En todo este tiempo he leído de todo, desde posturas muy bien fundamentadas hasta barbaridades como las de presumir que las mujeres que luchan por la legalización del aborto pretenden vivir sumidas en la promiscuidad para interrumpir los embarazos que resultaren de su inmoralidad. ¡Por favor!

Muchos de los que juzgan a quien abortó, llamándola criminal por “matar” a un inocente, no se han dado cuenta que ellos también han “matado”; ¿A quiénes han matado? ¿De qué forma lo han hecho? Momento de darles respuesta a las interrogantes. Pues bien, han “matado” cuando callaron ante el hecho de un niño/a abusado, violado; cuando pudiendo no evitaron el femicidio y/o feminicidio; cuando antepusieron sus conveniencias y afectaron gravemente la vida de alguien más.

Me pregunto también por esos hombres que comparten mensajes ofensivos a las mujeres, si son los mismos que se niegan a usar preservativos. Me pregunto por las mujeres que juzgan perversamente a sus pares; y por muchas otras que cuando han ido a confesarse, buscando consuelo en un sacerdote (mismo que la hará creer la mujer más pecadora si le da señales de querer liberarse de las cadenas del patriarcado), no tendrán recelo de que su consejero espiritual que aparentemente les dará paz y las guiará por los senderos del señor, sea uno de los tantos pedófilos y abusadores que le han quitado legitimidad a la iglesia como institución.

Y qué decir de algunos políticos, ya no asombra la hipocresía tan férrea de los que dicen que defienden la vida; dicen que es un horror permitir que una mujer irresponsable quiera tapar su falta de cuidado quitándole la vida a un inocente, y yo me pregunto, defienden tanto la vida que poco les importa destinar recursos y adoptar medidas que combatan el hambre de quienes nacieron bajo la extrema pobreza; no sólo construir escuelas, sino contratar docentes que los eduquen para que tengan una vida digna; que en la misma forma construyan hospitales que los atiendan. No son los mismos que bajo las ansías de acumular poder y gozar de los recursos públicos prefieren usar el dinero del Estado para su provecho y no para atender las necesidades de las personas.

Nuestra legislación, considera no punible el aborto en ciertos casos, ante lo cual me surge una nueva pregunta, ¿La norma se está contradiciendo? ya que si el argumento es que con indiferencia de si es feto, embrión, etc., es un ser vivo; entonces, no es un ser vivo cuando dicha mujer ha sido violada, siempre y cuando padezca discapacidad mental, en ese caso no hay asesinato, no hay pecado. ¿De qué hablamos? Y si la violada eres tú, no tienes discapacidad mental, quedas embarazada y decides interrumpirlo, te vas a la cárcel y el violador libre violando a otras mujeres, ¿Replantarías tú postura? 

De este tema hay mucho por decir, pero finalizo con lo siguiente: NO ESTOY A FAVOR DEL ABORTO, (lo digo con todas sus letras), pero así como no participaría para que alguien tome esa decisión, tampoco la juzgaría. Como personas podemos ser todo, pero recuerden algo, hay un momento preciso en el que somos NADIE, y ese es para juzgar a otro. Si quieren no comprendan, pero reconozcamos que cada uno tiene una historia diferente, luchas diarias e internas que no necesitan ser divulgadas para que cuando producto de eso se dé un resultado “contrario” a sus creencias, reciban aceptación.

Los que condenan no defienden la vida, defienden sus conceptos; los que defendemos la vida sabemos que es necesario ser progresistas.

Con afecto, 

Estefanía Villacís.

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