RUMORES

14:59 estefania villacis 0 Comments

Un rumor por lo general es una afirmación falsa y proveniente de quienes tienen el afán de perjudicar y deslucir la imagen del otro, ¿Por qué razón? Pues porque no han encontrado una manera productiva de utilizar su tiempo, porque les cuesta emanar palabras generosas hacia los demás, pero si les resulta cómodo y rápido pensar que algo “malo” debe estar detrás de todo lo bueno y exitoso que llegue a conquistar una persona, decidiendo poner en duda sus esfuerzos y talentos, ya que no tienen la nobleza necesaria para reconocerle sus méritos y capacidades.


Los rumores van formando una cadena oscura y tóxica de comentarios que no tienen ninguna base sólida, y por eso de entrada hay que ser tajantes cuando alguien se nos acerque para iniciar conversaciones donde utilicen expresiones tales como: creo que vi, parece que escuche, me contaron, es que tu no sabes y algunas parecidas; en consecuencia, indiferencia total hacia los comentarios dañinos, no se les debe prestar atención y mucho menos valor a esas palabras dado que lo único que pretenden es crear situaciones perniciosas. También suelen darse los casos en donde los rumores van presididos de alabanzas o mezclados con rosas y puñales; de cualquier modo no debemos acceder a entrar en el vergonzoso juego de quienes, cuya malsana intención es menospreciar la calidad humana y/o profesional de otra persona.


También es cierto que de una forma no intencional se pueden llegar a crear muchos rumores, y no es menos cierto que estos se pueden acallar sin que se haya dado la oportunidad de que se propaguen y causen unos cuantos perjuicios. No es mentira que siempre estaremos propensos a cualquier situación, y nunca preparados al cien por ciento tanto para apreciar y asimilar correctamente lo positivo, como para tolerar y aprender de lo negativo, sin embargo con que seamos objetivos y pongamos en práctica el ejercicio de estar por un breve momento en el lugar de otra persona, es decir, de ponernos en sus zapatos para llegar a sentir lo que les podemos causar si no somos justos en nuestras acciones y sensatos con nuestras aseveraciones.


Todos tenemos la misión de disculpar con verdadera honestidad a quienes nos hayan creado rumores,  y con esa misma honestidad debemos llegar a disculparnos por quizás haber actuado en alguna circunstancia de nuestras vidas desde el estrepitoso escenario de los “chismes”, y es así, nadie puede decir que no lo ha hecho, con voluntad o sin ella ha ocurrido y sólo cabe reconocer lo que sea imperioso para irnos apartando de las zonas donde se fomenta todo lo infausto y adentrarnos en los sitios donde brotan y prevalecen posiciones ecuánimes,  términos amigables y actos solidarios cargados de amor.


Así que alertas con los sugestivos y feos rumores, que no existan, apaguemos todos los que podamos y sacudámonos con potencia de los que nos hayan sido creados, no tienen por qué opacarnos. Por último, ya sabemos que si no queremos que nos creen rumores, no tenemos que participar acrecentando los rumores sobre otros.


Con afecto,


Estefanía Villacís G.

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Sin intensidad

14:20 estefania villacis 1 Comments

No oculto que me causa mucha risa el escuchar a amigos, conocidos, familiares y hasta a desconocidos quejarse de que sus novias o esposas son controladoras, celosas, que no entienden que si no las llaman es que porque están ocupados trabajando, estudiando, no porque no las quieren, que no hay razón para el reclamo, que no todo el tiempo pueden estar a su lado, que necesitan su espacio, que por favor no les hagan sentir que su libertad está acabada, que no pueden estar tranquilos con tantas presiones, viven nerviosos, pobrecitos, les aceleran el proceso de envejecimiento (jajaja). Tanto las mujeres como los hombres posesivos son y serán agotadores a máximo nivel.


Querer es comprender, nadie es dueño de nadie, y la paciencia es la clave, lo que permite que se pueda balancear una relación de forma bonita, sin afrentas. Así como clave y serios son los pensamientos, digo serios porque lo que se piensa creyendo que es lo verdadero va generando convencimiento, y la mayoría piensa que todo es difícil y mucho más los temas sentimentales. No es así, y por eso mismo se conocen más reveses que cuentos de hadas.


Debemos terminar de entender que los títulos de propiedad son para los objetos, no para las personas. ¿Quién puede vivir condicionado o condicionada? Todos responderían que nadie, pero en la práctica las estadísticas son alarmantes y no estoy exagerando, esto se da porque las carencias nos hacen dependientes, sentimos que si no estamos con alguien no podemos ser felices, que no podemos divertirnos, que no podemos nada, ¡Deprimente! Pensar eso tiene que ser declarado pecado. Nadie en el mundo está diseñado para completarte, sino para complementarte, para impulsarte, no para generarte ansiedades.


Enfatizo en algo más, si luchar con nuestras emociones y diferentes estados de ánimo es una tarea recia que se llega a cumplir con disciplina (no está de más decir que aquello representa un proceso necesario que no podemos saltarnos si deseamos escalar de nivel, y donde requerimos de una fuerte concentración para reiniciarnos correctamente, eso sí, dicho trabajo demanda unas cuantas horas en soledad, es lo idóneo para volver a funcionar en óptimas condiciones), entonces imaginen y asimilen lo lioso que sería fundar y cargar con dilemas inútiles tales como querer gobernar la vida del novio, novia, esposo o esposa, esta es la forma más absurda de mortificarse.


¿Por qué nos empeñamos en agrandar lo que es ínfimo y pasajero? ¿Por qué atormentarnos y atormentar a alguien más? ¿Por qué no se puede querer sin poseer, cuidar sin controlar, apoyar sin condicionar, abrazar sin asfixiar, hablar sin aturdir, compartir sin exigir? Yo estoy segura que aquello pasa porque nos centramos en pulir la apariencia y no en corregir nuestras falencias, así no se puede estar bien con los demás.


De inicio al final todo debe ser sencillo, sin dramas porque no tiene sentido despilfarrar el tiempo con insignificancias, sino aprovecharlo para crear aventuras llenas de gozo e inolvidables. Los feroces caprichos nos hacen perdernos y perder lo que vale la pena, así que, relajadas y relajados que nadie quiere tener a su lado a un ser obsesivo y enfadado.


No seamos intensos.


Con afecto,


Estefanía Villacís G.






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Deshumanizados

14:39 estefania villacis 0 Comments


Las noticias sobre atentados, violaciones, asesinatos, secuestros, robos y así tantas situaciones que día a día ocasionan un derramamiento de sangre en el mundo, se están convirtiendo en sucesos normales. ¿Cuándo pasó esto? ¿En qué momento nos deshumanizamos tanto? ¿Por qué nos acostumbramos a la maldad?

Pareciera que nuestra única reacción está siendo el lamentarnos y observar con pena a todas las víctimas de aquellos actos tan monstruosos. Cuando nuestro principal deber sería el hablar, cuestionar, proponer y obrar en pro de la paz y del respeto por nuestra dignidad humana. Hoy en día tenemos las herramientas para hacer escuchar nuestra voz, para plantear ideas, crear soluciones que alivianen el caos que se ha generado mayormente por ser cómplices con nuestro silencio, por mostramos ciegos y sordos frente a los hechos de destrucción.


Nos hemos deshumanizado porque atropellamos el respeto de todos los seres vivos que conforman el planeta sólo para saciar nuestros antojos y sentirnos todo poderosos; nos hemos deshumanizados porque adoramos lo material por encima del amor que necesitamos para vivir con afectuosidad; nos hemos deshumanizado sencillamente por la indiferencia con la que vivimos, porque ya no nos preocupamos por aliviar el dolor de alguien más, sino por solamente estar bien nosotros, y aunque no podemos resolver los problemas, ni mucho menos la vida de otro ser humano en su totalidad, tampoco podemos hacer que nuestra actitud de quemeimportismo colabore en la progresividad de los actos inhumanos que están acabando con la conciliación que debe primar entre todos los individuos.


El egocentrismo se ha apoderado de muchos corazones, y la cooperación se está apagando; no quisiera imaginar que con el transcurso de los días aumente el número de aquellos que conforman el grupo de los malos, un grupo donde esas personas actúan sin la más mínima ética ni pudor. Esto no puede ocurrir.


Así como tampoco el seguir afianzado la idea de que si eres pobre no puedes hacer nada, ¡Gran error! El mayor obstáculo es la pobreza de consciencia y la falta de interés, no las carencias materiales, pero más allá de ese aspecto, la mayor pobreza es la que vivimos cuando dejamos escapar a nuestros valores y principios, cuando nos traicionamos y actuamos equivocadamente convencidos de que el fin justifica los medios. Cuando preferimos ponerles el pie a los demás para llegar a la meta, y no hacer una carrera honesta.


Los derechos humanos no están siendo cumplidos, es nuestro deber hacerlos efectivos, además de promulgarlos para que todas las personas se llenen de poderío y no toleren el desmedro de los mismos. No podemos seguir permitiendo que quienes estén al mando de lo político o económico direccionen nuestras vidas según sus conveniencias, es hora de tomar el control.


¿Qué más podemos hacer? Pues una valiosa labor que deberíamos llevar a cabo todos, es la de limpiar la sangre de muchos inocentes con actos de unión y ejemplos de bondad; con propuestas solidarias y palabras afirmativas; con la voluntad de purificar al mundo.


Lo único de lo que debemos contagiar los unos a los otros es de amor, tolerancia y sobre todo de una extrema pasión por la fraternidad. Humanízate ya.

Con afecto,
Estefanía Villacís G.

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Las partidas

11:05 estefania villacis 0 Comments

La partida de un familiar o de alguien allegado y muy apreciado es un gran dolor que nadie quiere vivir, se constituye en un suceso triste del cual nadie está preparado nunca, aunque se esté consciente de que ocurrirá ya que es el ciclo de la vida, parte de nuestra condición de mortales. Es una gran mentira decir que estamos o estaremos preparados para cuando llegue el día de que nuestros padres, hermanos, tíos, primos o amigos falten. Creo que el sueño imposible de la mayoría sería eliminar a la muerte de la realidad.


Cuando nos encontramos de frente con la muerte nos paralizamos porque ya no nos veremos más con ese alguien que es dueño de nuestro amor y a quien siempre hubiésemos deseado tener a nuestro lado. Cuando sentimos que la muerte nos abraza de pronto comienzan a reproducirse en nuestra mente todos esos momentos compartidos, los buenos, maravillosos y también los malos; nos reconfortamos con aquellos que nos ayudaron a estrechar con fuerza los lazos de cariño y nos desconsolamos inevitablemente cuando sentimos que en una determinada circunstancia pudimos haber dado mucho más de nosotros, cuando por fin entendemos que debimos haber sido más afectivos y menos evasivos, que teníamos que haber brindado un mejor tiempo, y haber sido más francos.


El vacío que queda en una familia no es fácil de llenar, puesto que cada integrante es una pieza importante y única que con sus diferentes personalidades se gana un espacio irreemplazable, y con sus actitudes se convierte en un personaje al cual siempre se lo va a extrañar, que siempre será nombrado por anécdotas y enseñanzas, además de comparado cuando algún descendiente herede sus singulares características.


La muerte es un conflicto de sentimientos, la página del libro que todos quisiéramos saltar y jamás leer, es aquella que sin preguntar te obliga a replantarlo todo, a apartarte de las distracciones que te alejan de valorar a quienes deben ser prioridad, la que te sacude y ubica en el centro de lo verdaderamente fundamental.


Las lágrimas son la muestra clara del inmenso dolor que provoca la muerte, así como la forma más natural de sofocar las llamas que queman nuestro cuerpo, de calmar la desesperación de las partidas, de consolar el alma que parece apagarse por esa gran ausencia.


Los momentos de tristezas que se experimentan con la muerte son terribles y no desaparecen de un día para otro, es un proceso intenso que cuesta aceptar, y la primera parte consistirá en resignarse, es una especie de sube y baja respecto al ánimo y las energías.


Dependerá del tiempo que cada uno sienta que es necesario para lograr que cuando lleguen los recuerdos las lágrimas se transformen en bonitas sonrisas, que no surja la melancolía y se consiga mirar al cielo totalmente convencidos de que ese ser querido nos estará cuidando y protegiendo en la misma medida en la que podamos inmortalizarlo en nuestro corazón, en nuestra memoria y en todo lo que nos comprenda.


El cuerpo desaparece pero el espíritu queda en quienes decidan adquirirlo, con ello la muerte no vence y la vida se expande.


Con afecto,


Estefanía Villacís G.

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