La política
Con frecuencia escucharnos
que la política es sucia, que es una porquería, corrupta, y así otros adjetivos
terribles. La realidad parece como la describen, pero no lo es. La verdad es que
unos cuantos malos políticos con sus desacertadas acciones y con su mala
utilización de la misma, han creado ese concepto que muchos pretenden dejar tal
cual, sólo por el afán de obtener privilegios para sí.
Ya lo dijo Aristóteles: “Somos animales políticos por naturaleza”,
ninguna persona en el mundo es, ni puede ser apático a este arte, cuya única y
sublime meta siempre debe ser la de crear condiciones extraordinarias que
propicien una magnífica calidad de vida para todas las personas, con
indiferencia de la realidad actual que atraviesen.
Cada vez que los pueblos se
encuentran cerca de procesos eleccionarios para designar a sus mandantes,
surgen las típicas preguntas del ¿Por qué?, ¿Para qué quieres ser político? Se
considera obvia la pregunta de porque quieres, para que, o porque estás
participando en política, sin embargo, los contextos siempre son diferentes,
habrán muchas respuestas parecidas, unas superfluas y otras más profundas, al
final será el tiempo el que demuestre quien luchó por una convicción y quien
por una ambición.
La política si bien tiene
como finalidad el servicio a la colectividad para mejorar su bienestar, en la
práctica es uno de los principales medios para obtener poder, un poder que a
muchos ciega de sus “ideales”, un poder que en manos equivocadas se convierte
en un arma de extremo peligro, ya que lo utilizan para crear sumisión y no para
crear una verdadera transformación de la sociedad. Se originan súper egos en
los políticos, lo que hace que se desvanezca la finalidad de la política y que
los electores miren con desprecio a esta labor que de ningún modo puede perder
su inherencia.
La historia de la humanidad
nos ha mostrado un sin número de ejemplos, y las realidades actuales lo siguen
haciendo, pero aún persisten personas que se escudan en la política para ser lo
que su petulancia les ordena. Se muestran hábiles en hacer creer que sólo con
la política se puede ayudar a la gente y no es así, no ha sido y no va a ser
así. No necesitas ser político para servir a los demás, necesitas cultivar la
solidaridad como tu virtud principal, necesitas hacer que las mismas oportunidades
que tú tienes, las tengan los otros, y para eso hay muchos caminos, que sin
duda podrían ser más bonitos porque estarían llenos de gente más sincera y más feliz.
Aun así es una gran
herramienta, un camino directo y a la vez corrompible si parte de los
principios que tengas y de las convicciones que te motivaron a defender lo que muchos
piensan se debe dejar como está, pierden fuerza y se desdoblan en el camino de
las tentaciones políticas.
Siempre diré que una mala
persona puede llegar a ser un político, pero de paso, porque una buena persona si
será un político que deje huellas.
Impidamos que se siga distorsionando
la política.
Con afecto,
Estefanía Villacís G.
Buen análisis de la política. Éxitos Abogada
ResponderEliminarBuen análisis de la política. Éxitos Abogada
ResponderEliminarMuchas gracias!
ResponderEliminar