DESPRENDER Y APRENDER

14:03 estefania villacis 0 Comments

Cuando un año calendario está por concluir de pronto surge una premura porque los días pasen de forma rápida (y no debería ser así), ya a estas alturas el cansancio y las ganas de permanecer en un estado de ocio se afianzan, pero por otro lado también la imaginación de todo lo que se quiere hacer en el nuevo año bloquean a la pereza e inyectan ánimo y energía. Se quiere empezar de inmediato.


Pasa y pasará el sentir que en los últimos días del año ya no hay mucho por hacer, sólo compartir festejos con amigos y familiares, es relativo, a veces en esos días se pueden finalizar con éxito o empezar con pie derecho muchas otras cosas. De algunos finales surgen grandes comienzos, esa ha sido una de las enseñanzas más valiosas que me han regalado las experiencias.


De lo que si estoy plenamente segura es de que este momento es la oportunidad idónea para replantearnos todo, para ser más racionales y menos emocionales en cuanto a las situaciones que quizás no estén funcionando al cien por ciento. Hay que desprenderse de lo que presione, quite intenciones y frene a las decisiones importantes; hay que aprender, pero bien, hay que tener voluntad y la suficiente valentía para hacer lo que se debe sin que prevalezca el irresponsable: “Hago lo que quiero”. Lo que se quiere no siempre conviene, no conviene muchas veces porque la ilusión nubla la objetividad.


Pensar más de la cuenta termina desgastando, aun así es necesario porque la plenitud no se obtiene sólo por anhelarla, sino por trabajarla, se la mantiene en óptimas condiciones cuando se la protege, y no se la disminuye por concesiones que al final no terminarán valiendo la pena. Para desprenderse de cualquier partícula de toxicidad hay que pensar y para aprender igual.


Aunque seamos conscientes de los cambios y de las liberaciones, éstas pueden terminar acumulando restos perjudiciales y atentatorios a la estabilidad, hasta los restos de los momentos de excesiva felicidad hay que limpiarlos, lo que ya fue, ya fue. Cada día hay que reprogramarlo para que sea un mejor capítulo que el anterior, no una copia, y peor una segunda parte. La creatividad siempre debe anteponerse a cualquier adversidad.


No considero que hayan motivos para estar siempre igual, ni para conservar lo que ya no otorga ningún beneficio, no comulgo con lo apegos porque terminan siendo condenatorios, no acepto lo que sea atentatorio a la tranquilidad. Desprenderse de los “tienes que hacer” es fundamental para aprender que la libertad de ser no se puede conceder, absolutamente nada de lo que nos pueda disminuir se puede pactar.


Bastaría la reflexión, sin embargo, lo determinante sería mantener una posición de: NADA NI NADIE BOICOTEARÁ MI DECISIÓN. Hay que blindarse con extremo cuidado, y alejarse de los distractores para que nada llegue a empañarse.  Se debe mirar con el corazón, y pensar con la más grande razón. Desprender es aprender a elegir no sólo lo correcto sino lo adecuado para cada uno. 


La vida se vive sin prisas, se vive desprendiendo lo malo y aprendiendo lo correcto.


Con afecto,


Estefanía Villacís G.

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