La navidad

10:07 estefania villacis 0 Comments

La navidad es el momento más lindo del año, yo lo creo así y sé que la mayoría también. El entusiasmo por compartir se incrementa, se rompen aquellas barreras que no dejan transitar con fluidez la afectividad y consideración, mismas que deben primar por los demás. Debería ser siempre, pero no pasa, con todo ello en diciembre el amor se propaga y la alegría se multiplica al compás de los villancicos.


Muchos adultos que por una u otra razón han perdido ese toque mágico de la navidad, dicen que este festejo es sólo para los niños, algo contradictorio, ya que nadie nunca pierde ese espíritu infantil que propicia la fraternidad y el asombro por lo bonito, una gran imaginación que regala ánimos para convertir todo lo simple en fantástico. Se olvidan de revivir lo que en su infancia los hizo feliz.


Otras personas se empeñan en ver y hacer ver a la navidad como un acontecimiento de puro consumismo, perfecto para fomentar el materialismo, ésta es una errada apreciación y afirmación, no tiene por qué ser así; en todos los festejos que marca el año calendario saldremos en búsqueda de un detalle que le denote a nuestros familiares, amigos y a todos quienes deseemos lo importante que son para nosotros o el agradecimiento que sentimos hacia ellos por el motivo que fuere, y si no podemos hacerlo con algo material, están los abrazos, las llamadas y mensajes para recordárselos, las deferencias no tienen códigos. Vale tener presente que en esta vida es todo, los muertos nos dan recuerdos y reflexiones pero nosotros a los muertos no podemos darles nada.


Es verdad que con el transcurrir de los años, se ha desconfigurado el verdadero sentido de la celebración navideña, que algunos le dan preponderancia a la figura del famoso Papa Noel, tratando de opacar lo que significa el nacimiento del niño Jesús en todos quienes creemos en Dios, sin embargo, cada quien con lo que quiere creer y hacer, las reglas para una convivencia pacífica son por demás sencillas, el “problema” radica en querer parecer y no ser.


Esperar diciembre para ser “amables” es uno de los hechos que han atentado contra el espíritu navideño, restándole importancia a eventos y acciones propias de la fecha, sin olvidar a aquellos que aprovechan la ocasión para venderse como entes de solidaridad; en todo caso no se puede condenar una festividad tan cálida como la navidad por acciones planificadas con dobles intenciones por un determinado grupo de personas. Aprendamos a centrarnos en lo positivo y también a propagarlo.


Los detalles materiales nos gustan a todos, aunque solos no bastan, sirven cuando son pensados y entregados con cariño, cuando lo que pretenden es afianzar los lazos de hermandad. Las luces que se encienden en los árboles y casas deben encenderse también en nosotros, no tiene sentido encender objetos y vivir con un ánimo oscuro, con un espíritu gris y desolado.


Una feliz navidad y una feliz vida para todos ustedes, deseo que todos sus días los vivan con una aptitud de amor, respeto y solidaridad por los demás. Con las ansías inclaudicables de brillar con el mismo encanto de la Estrella de Belén.


Con afecto,


Estefanía Villacís G.

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