TRES CAMINOS
Empezamos un nuevo año calendario e indudablemente saltan las expectativas, lo cual puede afectar o beneficiar dependiendo de como se utilicen, serán malas si nos quedamos meditabundos esperando, deseando y no concretando, y buenas si se adaptan más a una proyección de logros en pequeños y medianos plazos, si sirven como un empujón a esa realización que deseamos en los diferentes ámbitos en los cuales nos desenvolvemos.
Los días y las relaciones
interpersonales me han terminado de convencer que en este vida tenemos tres
caminos para actuar, tres formas de comportarnos, tres maneras de ver a las
cosas y a las personas, tres opciones para descubrirnos. El primer camino es el
del optimismo, la disciplina, solidaridad y conciencia. El segundo camino es el
del pesimismo, la irresponsabilidad, egoísmo y la inconciencia, y por último el
camino del desgano, de la frialdad y del quemeimportismo.
El ideal de los caminos es el
primero y debe estar plagado de realismo, de esfuerzo que no quiere decir que
deban existir “sufrimientos”, hay que despojar de la mente las escenas oscuras
y trágicas, si bien no estamos exentos de vicisitudes, tampoco tenemos porque
adoptar la idea de que tienen que ocurrir, que grave error cometemos si
pensamos esto último. Además es un camino donde la gratitud y el deseo de
compartir lo mejor nosotros deben primar junto a una conducta correcta que
jamás busque privilegios causándole un perjuicio a alguien más.
El segundo de los caminos es en
realidad como vivir en una de esas casas del terror o embrujadas que se hacen
populares en las celebraciones de halloween, algo totalmente sombrío y con
sobresaltos en cada tramo. Desgraciadamente mucha gente se ha perdido en ese
camino de encantos banales pero que en cada final sólo provoca desolación,
represión y sentimientos malsanos, donde la envidia es la que comanda todas las
malas acciones hacia las demás personas.
El tercer camino no es camino,
quienes lo toman hayan puentes rotos, calles destruidas y que dificultan por no
decir imposibilitan el avanzar, es una especie de petrificación de
absolutamente todo, quienes por cualquier motivo han llegado a perderse en el
mismo, no tienen ni lluvia ni sol, puramente aflicción.
En el segundo y tercer camino
pueden aparecer situaciones de aparente distracción y emoción, no obstante, por
ninguno de ellos se puede avanzar ni verdaderamente consolidar lo que debe de
ser, sobre todo en el tercer camino ya que resultará anestesia que inhiba
cualquier destreza.
He visto a mucha gente del primer
camino perderse en los demás, y es probable que a cualquiera le pueda pasar,
pero no es una regla, yo no comparto el hecho de tocar fondo para aprender lo
que se estaba haciendo mal, comparto y difundo algo que siempre debe preponderar
en nuestro proceder, y esto es el fortalecimiento de nuestra personalidad para
no ser volubles, el amor propio para alejar lo que nos hace mal, y sobre todo cultivar
los deseos en lo más profundo del corazón para que nuestro entendimiento los
haga florecer sin presión, para que la alegría sea nuestro acompañante cada día.
No es el año, sino el camino que elijas
para hacer de tu vida la historia más linda.
Con afecto,
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