Las expectativas y los estereotipos
Dos palabras compuestas por
la misma cantidad de letras, con las mismas iniciales y con el mismo peso
psicológico y social, causan mucho daño, hay que derribarlas a tiempo.
Todos nosotros las
experimentamos, sin darnos cuenta nos equivocamos más de las veces en auto
etiquetarnos y por consiguiente etiquetar a personas indistintamente de si las conocemos mucho o poco. Nos
desgastamos por ser lo que otros esperan y en esperar lo que los otros jamás
sabrán ser. Nos empecinamos en colmarnos de expectativas y de avasallar a los
demás con estereotipos. A la vez que nos estereotipamos y nos quedamos
expectantes de los otros. Un juego muy peligroso.
Pensar es parte de todo, el
paso previo para hacer y transformar, pero adelantar criterios es una gran
piedra que obviamente retrasa el andar, que nos hace caer por ir de prisa sin
observar, y además nos aleja de poder apreciar a las personas, de apreciarnos,
y todo esto nos minimiza en nuestro propio valor.
Han sido infinitas las
circunstancias en las que he sido consciente de lo frustrante que son las
expectativas y de lo denigrante que pueden llegar a ser los estereotipos. Son
presiones tan asfixiantes como incensarías.
Formarse a partir de moldes
puede llegar a ser tan esclavizante, pero formarse con base en la esencia, nos
hace libres y auténticos. Las generalidades casi nunca son correctas y peor
positivas, atreverse a ser la excepción puede resultar en muchos casos la mejor
decisión. Y, si bien es cierto que cada uno elige como ser, como actuar, si
atravesar el bien o el mal, hay que tener presente que no somos nadie para
juzgar, señalar y condenar, por ende no hay que estereotipar.
No creo que vengamos con el
chip incorporado de ser prejuiciosos, la herencia social y cultural nos orilla
a tener actitudes para nada justas y por ende discriminatorias, y son dichos
prejuicios los que forman los estereotipos, la mayoría podemos caer en la trampa
por la famosa aceptación, lo que quizás muchas veces no alcanzamos a distinguir
es que aquello sobrevive en un círculo vicioso que puede llegar a aniquilar.
Si meditamos un momento
breve en los efectos que provocan los estereotipos, nos daremos cuenta que al
dejarnos atrapar por esta condición, terminaremos creyendo que somos lo que nos
dicen, haciendo lo que no nos complace, diciendo lo que no sentimos, actuando
sin identidad y con mucha superficialidad que aplasta nuestra verdadera
personalidad.
Muchas veces nos hemos
dejado encadenar por los estereotipos, en algún momento pueden significar como parte
del proceso de encontrarnos a sí mismos,
para revelar lo que somos y revelarnos de todo, absolutamente todo lo que no
nos satisface, lo que nos ata de manos y pies.
Hay que ser más
observadores que habladores, más amplios para descubrir y menos cerrados para
pretender condicionar.
Las malas percepciones,
originan fatales suposiciones. Para que suponer si no hay verdades absolutas,
para que formarnos de presunciones, si lo único que debemos hacer es
experimentar desde nuestra realidad.
Las expectativas son
fantasías que lastiman, los estereotipos son agresiones.
Estefanía Villacís G.
0 comentarios: