Tiempo para…
Una de las mejores cosas que
podemos regalarnos es un fructífero y estupendo tiempo para nosotros mismos.
Tiempo de calidad, lejos de toda distracción, tiempo a solas y todos los días
para así auto evaluarnos, para asegurarnos de que en nuestro ser no se rompa la
armonía que nos va a permitir transformar lo que fuese necesario para que el
siguiente amanecer sea una mejor oportunidad de vivir bien.
Lo que pensamos, y que luego
convertimos en palabras, y por último en actos no siempre está correcto, a
veces nos equivocamos y esto no es del todo negativo cuando tenemos la
consciencia para reconocerlo y aprender, porque nadie es dueño de la verdad
absoluta y muchas veces las percepciones
desacertadas nos confunden y en otras ocasiones las medias tintas nos terminan
manchando, nublando.
Varios son los momentos en
que no alcanzamos a dimensionar la importancia de lo que aparentemente es “simple”
o “básico”, desvalorizamos por ejemplo la significación de lo que representa el
tiempo en nuestras vidas, siendo así que lo reducimos a minutos, horas, días, semanas, meses, años y por ende a
una sencilla estadística.
Por mi propia experiencia
reparo en un mal hábito que cometemos cuando pretendemos que pasen rápido, muy
rápido las horas y/o los días para hacer algo, para visitar algún sitio
especial, para ver a alguien querido y así tantas más, en ese lapso de tiempo
no apreciamos lo que tenemos presente y en muchos de los casos cuando llega ese
momento anhelado y no todo resulta como lo esperábamos la decepción y el desánimo
se apodera de nosotros, a unos nos dura más a otros menos, sin embargo ninguno
nos escapamos de esa sensación nociva.
Tal vez no sea tan práctico
y fácil adoptar esta rutina provechosa en nuestro diario vivir, pero quien dijo
que no se puede, que no va ser un excelente reto, vale recalcar que además
tiene un aspecto muy positivo, sólo lo sabrás tú, no tienes otro
contendor que tú mismo.
No hay fórmulas secretas, la
clave es la determinación, propongámonos tiempo para meditar, para pensar por
pensar no; tiempo para redescubrirnos, para cuestionarnos no; tiempo para
revitalizarnos, para desesperarnos no; tiempo para valorarnos, para
desmerecernos no; y sobre todo, tiempo para amarnos y cuidarnos sin queja
alguna.
El tiempo va tener el poder
que nosotros le otorguemos, hará los milagros que nuestra paciencia y certeza
le permitan. ¡Descúbrelo!
Con afecto,
Estefanía Villacís G.
0 comentarios: