Derechos Humanos en tacones...

9:35 estefania villacis 0 Comments



Los estereotipos son armas letales que pretenden frenar a las personas, la intención de querer mantener un “estándar” para las distintas profesiones u ocupaciones es lo más retrógrado que puede suceder. Hay que abrir nuestra mente y romper con las imposiciones sociales, como luzcas no puede condicionarte a nada.

Recuerdo que en mis primeros días de clases un compañero luego de ver mi facebook me dijo: “Has sido reina, que haces estudiando derechos humanos”… me quede algo impresionada, de ahí en adelante me esforcé más por demostrar la fuerza de mis convicciones y evitar que mi supuesta “delicada” apariencia distorsionara lo que realmente soy y la misión que quiero cumplir en esta vida, claro está, sin doblegar ante las erradas concepciones.

Las mujeres están liderando grandes cambios, el mundo dejó de ser de los hombres, el mundo está siendo no de quienes quieren cambiarlo, sino de quienes están actuando bajo ese propósito. Lo impensable ya está siendo real, y a pesar de que aún suceden muchos hechos estremecedores, aunque mucha gente esté viviendo situaciones deplorables, se puede contribuir en la reversión de lo nefasto, se deben develar las trampas de las estructuras dominantes para vivir con más libertad y para fomentar el respeto hacia los demás.

El proceso hacia una cultura de paz siempre será continuo, las realidades son fluctuantes, jamás estáticas, estando cerca de obtener una conquista, surge una nueva lucha que demanda una participación activa de la sociedad; si bien, se han consolidado muchos progresos, se continúan evidenciando muchas problemáticas producto de un distorsionado uso de los poderes económicos y políticos… y sí, también se escuchan muchos discursos humanistas, y al mismo tiempo se vislumbran iniciativas sociales en aras de lograr que todas personas tengan las mismas condiciones de bienestar y oportunidades, no obstante ¿Podemos decir que vivimos en una sociedad donde se respetan y cumplen los derechos humanos?

Sin dudarlo, falta mucho trabajo para consolidar la ansiada paz y justicia de los pueblos, para erradicar la violencia y desigualdad que originan los prejuicios y la discriminación. Pero también estoy por demás convencida que todos y cada una de nosotros desde nuestras distintas trincheras tenemos el deber y obligación moral de ser gestores de transformaciones, tomar como nuestras las causas que están ocasionando una ruptura en la pacífica convivencia de las poblaciones, de comenzar por un trabajo interno que nos permita esclarecer las conductas inapropiadas que propician situaciones no deseables.

Mi compromiso es hacer prevalecer mi dignidad humana y la de otros, promover el ejercicio de los derechos, evitar la vulneración de los mismos, pero por sobre todo ir generando espacios de sensibilización que permitan construir una verdadera igualdad. Siempre en tacones, porque mi feminidad no es debilidad, jamás sin ellos porque no es requisito estar descalza para llegar más lejos, los moldes no funcionan, fortalecer la identidad sí.

El compromiso tuyo y el de todos debe ser abandonar la indolencia y romper con los estigmas; no tenerle miedo a la autenticidad, sino al ser cómplices de atropellos.

Con afecto,

Estefanía Villacís G.

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