Ironías de la vida
Días atrás, un amigo me envió una
imagen vía whatsapp, con el siguiente texto:
“Yo he visto a la más bonita llorándole al feo; al más mujeriego
rogándole a la más puta, y el que tiene más dinero envidiando al pobre. Así es
la vida”.
Me pidió que escriba respecto de
aquello; pues bien, comenzando por la primera afirmación diré que muchas
mujeres hemos derramado lágrimas por las decepciones y/o traiciones de alguien
que no valoró, que no mereció el tiempo, detalles y amor brindado, pero al
final del día eso enseñó mucho. A ningún hombre y por ninguno se llora, al
menos yo NO, a ningún mortal, sólo a Dios. Y para las que lo han hecho, les
diré que no lo repitan, por favor, dignidad ante todo, a nadie se le debe
convencer del valor de uno, no debes ser el molde de nadie, jamás. Por el contrario,
debes ser tú prioridad, todos los días, en cada momento de tu vida.
Sin darnos látigos hay que
reconocer que la culpa no es de ellos, sino de nosotras, total uno decide a
quien le abre las puertas de su vida, y la gente actúa y hace lo que tú les permites.
Estoy segura que eso pasa mucho cuando se idealiza, nadie es perfecto y aquí
hay que aplicar la regla de aprender a poner límites, de lo contrario, no serás
para ti sino para alguien que se sirve de tu sumisión, que no buscará que seas
alguien mejor, sino que robará tu confianza y autoestima para manipularte. Lo
bueno es que una vez que se gana conciencia llega la claridad que te hace ver
todo en full HD, y es cuando dices, ¡Qué tonta! En fin, NEXT con ese drama de
las relaciones vacías.
Ahora, que los mujeriegos, además
machistas y llenos de prejuicios han tenido y tienen unas historias, jajaja me
acuerdo de algunos, como dicen en mi tierra “Todo saltón tiene su caída”; pero, eso de “puta” me parece tan
sexista, a la vez de subjetivo, porque quizás para un tipo misógeno, puta es la
que se pone una falda corta, para otro será puta la que se acueste con el que
le da gana, y eso mismo no puede ser nada para un hombre liberal. Más bien creo
que la intención de la afirmación es hacernos dar cuenta que ese mujeriego que
no valoró a una mujer que realmente lo amaba, y que se portó con ella como un
perfecto imbécil, ahora le ruega y llora a una mujer que actúa como él
actuaba con la otra mujer que si lo quería. Ya saben que el mundo da vueltas,
por eso no le hagas a otro lo que no quieres que hagan contigo, ley de vida.
Y, sobre que el adinerado envidia
al pobre, pasa lo siguiente, mucha gente se ha olvidado que el dinero se ha
hecho para disfrutarlo, usarlo en lo que nos genere placer y alegría, porque el
dinero SI compra felicidad, cuando lo sabes manejar y no cuando ese dinero te
maneja al punto de esclavizarte para sólo acumularlo. El dinero se hace, se
gasta, se vuelve a hacer y se vuelve a gastar, simple. El “pobre”, es más feliz
porque en su realidad tiene más libertad, aquella que el “rico” se deja robar
por la ambición desmedida. Para analizar, ¿Tú haces al dinero, o el dinero te
hace a ti?
Finalmente, decir que “Así es la vida”, lo rechazo, la vida no
es así, así son las vidas de quienes aún no se han reafirmado en su valor, no
han reparado en evaluar lo que realmente quieren y lo que les llena el alma,
quienes no han llegado a dimensionar lo afortunados que son, quienes no han
trabajado en su amor propio, quienes se conforman con lo que hay y no se esfuerzan por lo que les hace bien y mejores.
Estas frases muestran que las ironías
de la vida son producto de la falta de trabajo en nuestro ser.
Con afecto,
Estefanía Villacís G.
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